LAVADO DE MANOS
DEFINICIÓN:
El lavado de manos es la frotación vigorosa de las manos previamente enjabonadas, seguida de un aclarado con agua abundante, con el fin de eliminar la suciedad, materia orgánica, flora transitoria y residente, y así evitar la transmisión de estos microorganismos de persona a persona.
OBJETIVO:
Eliminar la suciedad, materia orgánica y flora transitoria de las manos.
Jabón líquido ordinario, en dispensador desechable, con dosificador.
Toalla de papel desechable.
Técnica:
Humedecer las manos con agua corriente, preferiblemente templada.
Humedecer las manos con agua corriente, preferiblemente templada.
Aclarar con abundante agua corriente.
Secar las manos con toallas de papel.
Cerrar el grifo con la toalla de papel utilizada para el secado (los lavabos con sistema de cierre de codo o de pedal ahorran este paso; los de célula fotoeléctrica, además, determinan un importante ahorro de agua).
Indicaciones:
Antes y después del contacto con cada paciente.
Entre dos procedimientos en el mismo paciente si hay sospecha de contaminación de las manos.
Después del contacto con alguna fuente de microorganismos (sustancias y fluidos corporales, mucosas piel no intacta...) y objetos contaminados con suciedad.
Después de quitarse los guantes.
Antes y después del contacto con cada paciente.
Entre dos procedimientos en el mismo paciente si hay sospecha de contaminación de las manos.
Después del contacto con alguna fuente de microorganismos (sustancias y fluidos corporales, mucosas piel no intacta...) y objetos contaminados con suciedad.
Después de quitarse los guantes.
RECOMENDACIONES:
Mantener las uñas cortas y limpias. Las uñas largas son más difíciles de limpiar y aumentan el riesgo de rotura de guantes. No llevar uñas artificiales.
No usar anillos, relojes, ni pulseras. Estos elementos pueden actuar como reservorio y dificultan la limpieza de manos y antebrazos.
El uso de emolientes y lociones protectoras de la piel, después de la actividad laboral, se considera deseable e incluso recomendable en la práctica diaria, porque pueden aumentar la resistencia de la piel a los gérmenes y, por tanto, disminuir la infección cruzada. Sin embargo, hay que tener en cuenta que algunos antisépticos se inactiva en presencia de algunos de estos productos.
No usar anillos, relojes, ni pulseras. Estos elementos pueden actuar como reservorio y dificultan la limpieza de manos y antebrazos.
El uso de emolientes y lociones protectoras de la piel, después de la actividad laboral, se considera deseable e incluso recomendable en la práctica diaria, porque pueden aumentar la resistencia de la piel a los gérmenes y, por tanto, disminuir la infección cruzada. Sin embargo, hay que tener en cuenta que algunos antisépticos se inactiva en presencia de algunos de estos productos.